martes, 24 de mayo de 2011

jueves, 19 de mayo de 2011




"No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo… Si tienes un sueño, debes conservarlo… Si quieres algo, sal a buscarlo. Y punto."

Una de esas películas que te hace reflexionar y creer en ti mismo.

Las lecciones

Todas las experiencias que tenemos nos enseñan una lección.
 
La experiencia personal la construye cada uno. Construir significa crear, construir significa empezar, y si algo nos descubren los fracasos, las caídas, los contratiempos y las frustraciones es precisamente aquello que podemos cambiar en el presente.

El aprendizaje es inevitable, es una conquista personal e intransferible.
En los momentos de turbación es muy consolador pensar que simplemente hay que dejarse llevar para entender lo bueno que nos está esperando. Incluso es un buen pensamiento, cuando no me siento con fuerzas para nada, cuando las circunstancias son adversas, cualquier rayo de luz puede alimentar nuestra esperanza y eso es bueno. Pero la esperanza que brota hay que alimentarla de compromiso, compromiso personal conmigo mismo.

Cambiar significa admitir que me equivoqué, lo importante es admitir que tenemos una segunda oportunidad. Por eso la vida da tantas vueltas, porque en todas y cada una de las circunstancias el mango de nuestra vida está únicamente en nuestras propias manos; ni el futuro, ni el pasado, ni la personalidad, ni mis pensamientos, ni los otros…Nadie excepto YO tiene la capacidad y la responsabilidad de caminar hacia mis objetivos. En primer lugar, porque nadie mejor que nosotros mismos para saber lo que queremos. Quienes aprenden esto, son capaces de ver las maravillas de la vida y pueden exclamar: “¡Ahora lo entiendo!” Los que no…En fin, los que no siempre tendrán otra oportunidad para aprenderlo.

martes, 10 de mayo de 2011

Como los borregos!

Un día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a su pastura. Siendo animal irracional, abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas.
Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, lider de un rebaño, que, viendo el espacio ya abierto, hizo a sus compañeros seguir por allí.
Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese sendero: entraban y salían, giraban a la derecha, a la izquierda, descendían, se desviaban de obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva alternativa.
Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en un amplio camino donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría haber sido vencida en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.
Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, posteriormente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto era el peor posible.

Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía, al ver que los hombres tienen la tendencia a seguir como ciegos el camino que ya está abierto, sin preguntarse nunca si aquélla es la mejor elección.

 Paulo Coelho.