Desde que los primeros seres humanos identificaron –posiblemente por el olfato- los sutiles poderes que se encerraban en las plantas, atribuirían sus virtudes a algo invisible y sutil que las habitaba: al mundo de los espíritus y a la magia, entendida ésta no como un acto de fé, sino como un esfuerzo en el que se unen de la mente consciente y el poder inconsciente para lograr una concentración de fuerza y energía dirigidas a la consecución de un objetivo.
La mayoría de los herbarios se empezaron a escribir en la antigua Grecia, y en ellos se entremezclaban sus usos medicinales con sus aplicaciones rituales o mágicas. Esos libros fueron copiados y recopiados durante siglos, esparciendo aún más las tradiciones de la magia herbal.
Para empezar este herbario personal he elegido:
EL JAZMÍN
Este es el "Jasminum grandiflorum"
Las flores del jazmín, comúnmente blancas, poseen un dulce e intenso aroma.
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