La vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables y profundas tristezas. El viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… pero jamás de regresos. Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
NADIE ALCANZA LA META CON UN SOLO INTENTO
Nadie alcanza la meta con un solo intento,
ni perfecciona la vida con una sola rectificación,
ni alcanza altura con un solo vuelo.
Nadie camina por la vida sin haber pisado en falso muchas veces.
Nadie recoge cosechas sin enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones,
ni se mete en un barco sin temerle a la tempestad,
ni llega al puerto sin remar miles de veces.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas,
ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie hace obras sin poner un ladrillo sobre otro,
ni cultiva la amistad sin renunciar a sí mismo.
Nadie llega a la otra orilla sin haber construido un puente para cruzar.
Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie reconoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir.
Nadie puede intercambiar un apretón de manos con el puño cerrado.
Nadie puede vivir sin cambiar, sin ver cosas nuevas, experimentar otras sensaciones y tener la capacidad de corregir sus errores.
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